Entrevistamos a Elisa Molina de Educar en Calma

Hoy empezamos una serie de entrevistas muy especiales en el blog, más allá de hablar de decoración vamos a centrarnos en lo más importante de nuestras vidas. Nuestros peques. 

Elisa Moya es maestra de educación infantil y ha desarrollado Educar en Calma una web desde donde intenta dar difusión a un estilo de crianza más respetuoso con el niño. 

Coged una taza de té y disfrutar de cada una de sus palabras, no hemos cortado ni una cama por el Elsa transmite paz y ese concepto de vida slow al que mucha aspiramos. 




Sabemos que eres experta en disciplina positiva, profesora y mamá, ¿podrías contarnos un poquito más sobre ti?

En primer lugar, muchas gracias por invitarme, es un placer estar aquí y compartir un poquito con vosotros y vuestros lectores. Mi nombre es Elisa Molina y, desde que tengo uso de razón, he querido ser maestra, mamá y peluquera. 

Soy maestra de educación infantil, aunque muchas veces suelo decir que soy ingeniera del ser humano, porque conozco las bases, los cimientos del ser humano y así parece que la docencia tiene algo más de peso. Espero que dentro de poco decir “soy maestro” sea una de las profesiones más valoradas porque estamos al servicio de la infancia, de sus familias y de la sociedad. 

El tema de ser mamá se ha visto cumplido ya cuatro veces. Tengo cuatro tesoros que son mi inspiración y el motivo de mi emprendimiento. Nunca pensé que ser madre podría poner de manifiesto tantas cosas. Lo cierto es que el hecho de convertirme en madre trajo a mi vida varios aprendizajes intensos. El primero fue que debemos luchar para que no se penalice a nadie por el hecho de ser padre o madre. Embarazada de seis meses recibí mi carta de despido en una empresa liderada por cuatro mujeres. Denuncié por mí y por todas, y gané el juicio al que me presenté con un bebé de mes y medio. Tras ser readmitida por un despido nulo estuve unos meses más en la empresa y buscamos una solución pues ni ellas querían que yo estuviera ni yo quería estar en una empresa así. 





Lo que empezó como del revés me permitió dedicarme a la maternidad a tiempo completo, descubrir “segundas primeras veces” y poder tener una vida más slow, más tranquila y muy feliz al lado de un bebé que me aportó luz cuando más lo necesitaba. 

23 meses después vimos la cara de nuestro segundo hijo, 25 más tarde recibimos a nuestra niña y pasarían dos años y medio más para recibir a nuestro pequeño. Por ahora tenemos un cuarteto maravilloso y, aunque no sabemos si algún día nos animaremos a tener más bebés en casa, lo cierto es que nos hace muy felices tenerlos aquí. 

No hablo mucho del tema de ser peluquera pues aunque fue un sueño de infancia, lo cierto es que suelo cortarles el pelo a mis hijos. Así que puedo afirmar que he conseguido muchos sueños que tenia cuando era solo una niña

Eres experta y orientas a las familias a educar a través de la disciplina positiva, podrías darnos algunas nociones básicas para conocer mejor tu campo

No me creo experta en nada. Pienso que soy una persona con formación continua y una gran vocación de servicio a las familias, especialmente, a los niños que son nuestro tesoro más preciado presente y futuro. 

Creo que el cambio en la educación de los niños lo estamos haciendo una generación que, si bien no fuimos educados en muchos casos desde el respeto mutuo y la dignidad, sí estamos haciendo posible que nuestros hijos crezcan así porque estamos trabajándonos mucho, leyendo, informándonos y queriendo ser nuestra mejor versión. 



No es un camino fácil, hay mucho trabajo detrás, mucha formación y mucha reflexión personal. Sé que merece la pena y por eso invito a las familias a dar un paso al frente y concederse el privilegio de disfrutar de sus hijos, de mejorar sus relaciones personales y de poder ser seres humanos tratando a los niños -y a los no tan niños- como se merecen, personas de pleno derecho.

Muchas veces al hablar de disciplina positiva con confundimos profundamente y pensamos que es criar sin límites, ¿cómo debemos poner límites sin gritar o caer en castigos?

Poner límites no tiene nada que ver con castigar o gritar. Habitualmente ponemos límites a nuestros jefes, a nuestras parejas, a nuestros amigos y no por ellos gritamos o les faltamos el respeto. En muchas ocasiones lo que nos falta es conocer cómo se forma el ser humano, qué necesidades tienen, qué importancia tiene lo que decimos, lo que hacemos y cómo podemos ayudarles a crecer sin prisas, despacito y con sentido. Muchas veces lo que nos falta es sentido común, que parece que es el menos común de los sentidos. 

Respondiendo a tu pregunta, para poner límites sin gritar simplemente hay que analizar qué límite queremos poner, con qué finalidad y cómo podemos hacerlo para conseguir la cooperación de los niños y esto raramente sucede cuando imponemos. Hay que reflexionar bastante para entender cómo percibimos a los niños y si conseguimos que los niños sientan que son importantes, valiosos, que contribuyen y fomentar la conexión que siempre debemos tener con ellos basada en el amor incondicional. 

Algún consejo, sabemos que es complicado y no hay recetas mágicas, para las pataletas de los peques

Empatía, conexión, presencia y cuidarnos mucho para poder estar cuando nos necesitan. Habitualmente cuando tienen una pataleta suelen necesitarnos mucho más de lo que pensamos. Como dice el refrán “quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite”. Nos necesitan, mucho. Están formando su identidad como personas y a veces se producen desconexiones porque las cosas no salen como ellos esperaban, sale la frustración, la rabia, el enfado… y nos necesitan como frenos externos porque ellos, los niños pequeños, carecen de frenos cerebrales que les permitan relativizar. Eso se consigue con los años y, mientras tanto, seremos nosotros su modelo y su espejo.

Hablas de saborear nuestra crianza, un concepto que en ICON DECO nos encanta. Podrías explicarnos mejor cómo lo trabajas.

Personalmente lo trabajo bajando mis expectativas con mis hijos, intentado comprender en todo momento que solo son niños, que si se “portan mal” es porque se sienten mal y me necesitan. Intento aceptar que soy humana, que no llego a todo y que debo cuidarme, dedicarme tiempo, cariño y amor a mí misma para estar bien y poder estar presente con ellos. 




El día a día con los niños es un reto. En casa hay cuatro pequeños, cada uno con sus propias necesidades e hitos evolutivos. Hay días que son maravillosos y días que son más intensos, como la vida misma. Yo me siento empoderada cuando decido enfocarme en las cosas más positivas y dejo las quejas a un lado para centrarme en cosas que sí podemos hacer para que en casa todos seamos del mismo equipo y que ganemos todos.

Por último, seguro que muchas de nuestras lectoras quieren saber más de ti. A parte de dejar enlazadas tus redes y tu blog, nos gustaría saber un poco más sobre cómo trabajas y las opciones que tienes para ayudarnos.

Podéis encontrarme en los cursos online que están en www.educarencalma.com. Habitualmente hago talleres presenciales sobre educación respetuosa, educar sin gritos, disciplina positiva, hermanos, rabietas, disciplina positiva en la pareja… así que estad muy pendientes de la agenda que vamos actualizando para poder ver qué taller encaja más con vuestro momento. 

También os puedo atender a través de sesiones online en las que os oriento sobre cómo poder conectar mejor con vuestros hijos y utilizar herramientas y recursos que sirvan para que seáis un equipo unido y feliz. Empatía, responsabilidad y amor incondicional son lo que más repiten mis familias sobre mí.


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